Cada día los pequeños productores agroalimentarios tienen que enfrentarse con elementos tan letales como precios bajos, intermediarios con mucho poder, los errores y recortes en la Política Agraria Comunitaria ,el inevitable cambio climático ,la falta de relevo generacional ,el cumplimiento de un sinfín de políticas que atan el futuro con gastos y reglamentaciones industriales innecesarias en la mayoría de los casos…Todo ello, por si fuera poco, sumado a la negativa reiterada y creciente para facilitar líneas de financiación a las familias , está permitiendo que las pequeñas explotaciones agrarias tiendan a desaparecer y con ello, el derecho vital de las personas a consumir alimentos saludables y culturalmente apropiados, producidos a través de métodos sostenibles y ecológicamente adecuados que permitan el contacto directo y el conocimiento mutuo entre producción y consumo.
En esta economía globalizada en todos los sentidos, donde la producción y el consumo de alimentos es manejado por las grandes multinacionales y dirigidas por las políticas neoliberales de las instituciones mundiales, es justo reivindicar y poder conseguir que el campo vuelva a sus orígenes.
Se trata de dar prioridad a las economías y mercados locales, protegiendo la producción y el consumo de alimentos basadas en la sostenibilidad ambiental, social y económica.
Ya es hora de contribuir para cambiar de forma radical el actual modelo industrial capitalista que tanto daña a las familias y al medio ambiente.
Si queremos un mundo mejor,
apoyar y fortalecer los paisajes, las culturas y las economías sostenibles de
nuestros territorios es tarea de tod@s.
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